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Antonio Pérez de San Fernando

 

Antonio Pérez de San Fernando

 

Hablar de  “San Fernando” es hablar de una leyenda del campo charro, de uno de los epicentros del mundo del toro en los años de posguerra hasta la década de los 80 por donde han pasado todas las figuras del toreo.

 

 

 

Ganaderamente, San Fernando será de las mejores fincas para la cría de bravo. En sus 600 hectáreas totales, 450 son dehesa y 150 son un espectacular regadío que permite mantener a diente casi toda la ganadería, salvo los toros de salida.

 

 

 

En 1885 Luis de Gama crea su ganadería con hembras y sementales de  Murube. En 1911 fue adquirida por D. Antonio Pérez-Tabernero, el cual en 1916 le agregó sementales de Parladé y posteriormente vacas y sementales de Gamero Cívico. En 1919 fue aumentada con vacas  de Tamarón, anunciando la ganadería el nombre de D. Antonio Pérez de San Fernando, incluyendo el nombre de la mítica finca para diferenciarse dentro de su amplia estirpe familiar.

En 1965 fue heredada por su hijo Antonio.

 

En esta casi centenaria ganadería el pelaje predominante es el negro, aunque también aparecen los colorados

 

 

En 2019, la vacada cumple 100 años. Ya que el mundo del toro adolece de memoria para lo que interesa, no estaría de más reseñar una novillada / corrida para Madrid conmemorando tal efeméride. Curro, Dominguín, Manolete, Antonio Bienvenida, Aparicio o El Cordobés pusieron patas arriba Madrid en su época con los AP`s.

 

 

 

 

 

 

Desgraciadamente, en las últimas temporadas los cuatreños brillan por su ausencia. La situación del mercado del toro de lidia obligaba, como a otras muchas vacadas, a desprenderse de los erales o utreros para festejos y destinos de lo más variopinto.

 

 

 

El número de vientres también se ha visto mermado. Las que permanecen lo hacen disfrutando de inmensos cercados donde pasan los días esperando el resurgir de esta mítica ganadería.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El resto de las fotografías las pueden ver pinchando en el siguiente enlace

 

ANTONIO PÉREZ DE SAN FERNANDO

 

Arse & Azpi

 

 

Copio íntegramente la ponencia raelizada y cedida amablemente por Eduardo Andrés en los Cursos de Verano de la Universidad de La Rioja sobre esta estirpe.

 

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UNIVERSIDAD DE LA RIOJA

 

 

 

 

 

CURSOS DE VERANO 2015.

“DERECHO, TOROS Y SOCIEDAD”

HISTORIAS GANADERAS. UNA APROXIMACIÓN A LOS ORÍGENES Y ESPLENDOR DE LA FAMILIA                  PÉREZ-TABERNERO

por Eduardo Andrés Herce

Logroño, 5 de septiembre de 2015.

 

El apellido Tabernero tiene origen valenciano, Taverner, ganaderos que emigraron en su día a Salamanca, afincándose en Huelmos y Florida de Liébana, dedicándose inicialmente a la cría de ovejas, negocio con el que consiguieron algunos de ellos prosperar notablemente, convirtiéndose además con el tiempo en ganaderos de vacuno y ricos agricultores. Aparecen noticias de este apellido en 1775 cuando José Tabernero, nacido en 1754, compra al Duque de Tamames la tercera parte de la finca Continos. Es de reseñar que el imperio de los Tabernero se fue forjando en una paciente y progresiva ascensión económica y social, y es anterior a las diversas desamortizaciones que vivió España en aquella época.

José Tabernero contrajo matrimonio con Juliana Ramos y del mismo nacieron tres hijos. Nos fijamos en el hijo pequeño Manuel, casado con Isabel García Jiménez, que amplió y afianzó los negocios familiares, adquiriendo diversas fincas y propiedades. Posteriormente heredó una parte de Continos, tierras donde su hermano mayor ya criaba toros de plaza con los que había debutado en Madrid en 1850. A la muerte de Manuel dejó la herencia a sus hijos Fernando “El Cojo de Continos”, Jacoba, Engracia y Eleuteria Tabernero García, que recibieron tierras en Continos, El Carpio, Villagonzalo, Tamames y Peñarandilla. Posteriormente hablaremos extensamente de estos hermanos.

La dehesa de Continos se ubica muy cerca de otra famosa finca ganadera, Terrubias ligada en este caso a la familia Sánchez-Cobaleda. Está situada entre Salamanca y Vecinos y allí se encuentra un auténtico museo de la charrería. Es una de las casas solariegas más antiguas de Salamanca y figura unida desde sus orígenes al Señorío de Tamames y posteriormente al Ducado del mismo nombre. La historia de Continos resulta muy dilatada en el tiempo, figurando ya citada en escritos desde 1190. Aparecen numerosos datos en los siglos posteriores indicando que, además de la casa del Duque, existían allí paneras, pajares, establos, caballerizas, pozo de nieve, horno panadero y fragua. Hubo también parada de diligencias, posada para viajeros y escuela. Allí vivió unos años Tirso de Molina, en realidad fray Gabriel Téllez, pues en dicha finca también hubo un convento de la Orden de la Merced durante varios siglos, escribiendo Tirso en dicho lugar varias de sus obras, entre ellas “El condenado por desconfiado”.

En Continos se acabarán juntando posteriormente los Pérez Tabernero con los Montalvo, otro gran apellido ganadero. Fue a través de Leoncio Montalvo, que había adquirido una parte de la finca por compra al Duque de Tamames, y que casó en 1881 con Engracia Pérez Tabernero Sánchez, hermana, como se verá más adelante, de Fernando-Ildefonso el verdadero impulsor del apellido Pérez-Tabernero como ganaderos de élite. El padre de Leoncio, Francisco-Andrés Montalvo, tuvo ganado de origen vazqueño comprado a Francisco Taviel de Andrade que mezcló con moruchos embravecidos, mientras que su hermano Patricio-Andrés Montalvo ya había lidiado en Madrid en 1870. Pero no adelantemos acontecimientos.

En Continos los Tabernero tienen por vecinos a Ildefonso Pérez, familia originaria de Florida de Liébana y que residía en la finca colindante de Otero de Vaciadores. Ildefonso tuvo varios hijos entre los que mencionamos a Isabel-María, Antonio “El Charro de Otero” y Fernando Pérez Sánchez.

Siguiendo las costumbres de la época donde regían las políticas matrimoniales en la línea de fortalecimientos patrimoniales, se producen las siguientes alianzas: Fernando Tabernero García casó con Isabel-María Pérez Sánchez; Fernando Pérez Sánchez contrajo matrimonio con Jacoba Tabernero García, y al enviudar se volvió a casar con el hermano de su difunto esposo, Antonio.

Fernando Tabernero García “El Cojo de Continos” y su compadre Antonio Pérez Sánchez “El Charro de Otero”, doblemente cuñados como ya se ha dicho, formaron una pareja de leyenda y junto a “El Mosco de Ciudad Rodrigo”, otro prenda de cuidado, alimentaron los periódicos y tertulias de la época con jugosas hazañas y andanzas de todo tipo. Una de ellas les atribuye a los tres, junto a una mujer desconocida que podría haber sido Gertrudis, la hija de “El Charro” y de la que más adelante hablaremos, un famoso atraco realizado al palacio del Marqués de Llen, en el que desapareció una muy cuantiosa cantidad de dinero que se había obtenido fruto de una reciente venta de varios rebaños. Nunca se esclareció el asunto.

“El Charro de Otero” tenía fama de presumido, tanta que era curiosa su costumbre de no sentarse nunca para que no se le arrugara el calzón del traje charro. Debió ser un gran conquistador de corazones al igual que su compadre, el temible “Cojo de Continos”, que fue un verdadero personaje de la época. Los dos eran buenos mozos y cuenta la leyenda que durante muchos años, ambos pasearon un notable manojo de llaves que, casualmente, correspondían a las casas de las más hermosas, lozanas y acogedoras mozas del Campo Charro. “El Cojo” era un hombre muy corpulento, de gran fortaleza y era famoso, entre otras muchas cosas, por acudir a todas las fiestas de los pueblos de los alrededores y apostar con los vecinos para derribar ó mancornar al toro más fuerte y malicioso de la vacada municipal, apuestas que siempre ganaba. Tenía aterrado a todo el mundo, pues de humor debía andar justito.

Existe una famosa historia que algunos autores atribuyen a “El Cojo de Continos” y otros a “El Charro de Otero”, tanto monta. Se cuenta que a finales del siglo XIX, en un viaje a Madrid, quiso asistir el personaje a una función regia en el Teatro Real. La taquillera, al verlo vestido de charro y no de elegante frac, lo tomó por un pobre aldeano y de forma despectiva le advirtió que la entrada costaba veinte duros, una fortuna entonces. La respuesta que recibió, con voz fuerte para que se oyese bien, fue la siguiente: “Entonces deme usted dos, una para mí y otra para poner la gorrilla”. Y ante el asombro de todos, en el abarrotado patio de butacas estuvo toda la función ocupando una de las muy codiciadas localidades la gorrilla charra de este singular personaje.

Del matrimonio formado por Antonio Pérez Sánchez y Jacoba Tabernero García nacieron cinco hijos, entre ellos Gertrudis, Engracia y Fernando-Ildefonso Pérez Tabernero Sánchez. A la muerte de “El Charro de Otero” quedaron como propietarios de la mayoría de las tierras de Continos su viuda Jacoba, sus hijos Fernando-Ildefonso, Gertrudis y Engracia, el marido de ésta Leoncio, y Fernando “El Cojo de Continos”.

Gertrudis, nacida en 1849, vivió 97 años. Su vida fue toda una novela. Sobrevivió al nacer a una terrible epidemia de cólera que se llevó por delante a su hermana melliza, quedó soltera y fue una mujer “de pelo en pecho y de armas tomar”. Residió siempre en Continos y se dice que al ladrar los perros por la noche, salía de casa a caballo hasta bien cumplidos los ochenta años, armada de un escopetón para espantar a los maleantes y evitar que le robaran el ganado. Fue una gran cocinera, dotada de un excelente paladar. También se decía que era algo bruja. Cuando cumplió noventa y dos años, el médico le recomendó que dejase de comer chorizo, tocino y huevos fritos, a lo que contestó escandalizada: “¿Cómo voy a dejar de comerlos, si en toda mi vida no me han hecho daño?”. Prácticamente todos los domingos de su vida, incluso ya muy anciana, iba a lomos de su burra a oír misa hasta la ermita de la Virgen de El Cueto, en el carrascal de Sanchiricones.

Esta preciosa ermita ya aparece reconocida por el Papa Clemente XI en 1703. Se encuentra situada en un bello entorno, rodeada de encinas y carrascas. Existe gran devoción por esta Virgen entre todo el vecindario de la zona, formado en su mayor parte por ganaderos de bravo y su personal. Está perfectamente cuidada y conservada,  existiendo junto a ella una preciosa y cuidadísima placita de toros, muy campera, donde se dan fiestas taurinas con asiduidad. Siempre que era, o es, preciso proceder a un arreglo ó mejora de cualquier elemento de la ermita ó de su entorno, se organiza un festival taurino con grandes figuras del toreo y problema económico resuelto. Allí han toreado todos los grandes, entre ellos Rafael “El Gallo”, Juan Belmonte, los Bienvenida, o más recientemente JM Manzanares padre, su compadre Julio Robles y otros muchos maestros del toreo.

Volviendo a la historia familiar, Engracia se casó con Leoncio Montalvo y tuvieron siete hijos, entre ellos a María-Matea Montalvo Pérez, que acabó contrayendo matrimonio en 1912 con su primo Antonio Pérez-Tabernero Sanchón, más conocido como Antonio Pérez de San Fernando.

 

 

El otro hermano, Fernando-Ildefonso Pérez Tabernero Sánchez, nacido en 1847, puede considerarse como el impulsor definitivo de esta fantástica saga de ganaderos de bravo. Al contraer matrimonio en 1880 con Lucía-Dolores Sanchón, hija única del rico agricultor Casimiro-Manuel Sanchón, se trasladó a vivir a la inmensa y rica finca El Villar de los Álamos, cerca de Robliza de Cojos en el corazón del campo charro, y que Lucía-Dolores había recibido en dote de su padre, que por cierto ya era ganadero de bravo por aquella época. Ganado que posteriormente pasaría a su yerno.

Al margen de su historia como criador que luego veremos, hay una jugosa anécdota de Fernando-Ildefonso. Este hombre tenía un librito de nombres raros, se supone que un antiguo santoral, y se dedicaba a apadrinar generosamente a muchos niños de la zona a condición de poder elegir el nombre del zagal y, lógicamente, por la zona abundaban y aún hoy perduran nombres tales como Austragisilo, Evilasio, Hiscio, Graciliano, Argimiro, Alipio… Algo muy semejante a lo que ocurre en Huerta del Rey, donde muchos vecinos sobrellevan con dignidad y alegría parecidos nombres, producto en este caso del humor de un secretario municipal o judicial de dicha localidad burgalesa.

Fernando-Ildefonso compró en abril de 1884 veinticinco vacas y tres sementales al XIV Duque de Veragua, y además el eral “Ventero” elegido en tienta para semental a Antonio Miura. Debutó como ganadero con una novillada en Salamanca el 23 de junio de 1889 luciendo divisa celeste, rosa y caña. Dicha novillada resultó bronca y difícil. Su presentación en Madrid, también con una novillada de mal resultado, fue el 17 de febrero de 1895. Transcurrido un tiempo fue constatando que no le gustaba el juego de sus astados, posiblemente espoleado por sucesivos fracasos en la capital, y decidió reconducir la ganadería comprando en 1905 la totalidad de las vacas y tres sementales, todo veragueño, que poseía el sevillano Víctor Biencinto. Lo unió al ganado que ya criaba donde también se incluían las reses heredadas de su suegro. Un año después le compró veinte vacas más a su amigo el Duque de Veragua. Pero no volvió a lidiar en Madrid.

Fue uno de los fundadores de la Unión de Criadores de Toros de Lidia, hecho acaecido el 15 de abril de 1905. El día 11 de junio de 1906 fue elegido Presidente de la Junta directiva en Castilla la Vieja (Salamanca) de la sección territorial de dicha Unión. Aparece en la historia como vendedor de vacas y sementales en 1884 a su vecino y pariente Juan  Manuel Sánchez Hernández “Juan Carreros”, otro genial ganadero de esa época.

Fernando-Ildefonso Pérez Tabernero (todavía sin guión entre los apellidos) fue un campesino hábil, un tratante listo y un próspero ganadero de ovejas, que fue el origen en su día de la fortuna familiar. Los toros debieron ser en principio una actividad complementaria, una variante más en sus negocios, aunque con el tiempo tomó mayor protagonismo, pues no olvidemos que al fin y al cabo siempre resulta una faceta más prestigiosa y socialmente más reconocida que la cría de ovejas. Alrededor de 1901 compró todas las tierras del cercano pueblo de Matilla de los Caños del Rio, que posteriormente repartió entre sus hijos. Murió el 2 de abril de 1909 pasando la ganadería a su viuda y anunciándose entonces a su nombre, Lucía Sanchón. El 12 de junio de 1910 se lidió con este hierro la primera corrida de toros completa en Madrid. Un año después se repartió la vacada entre sus cuatro hijos varones, que llevaron a lo más alto su apellido por todas las plazas de toros del mundo.

Cinco hijos hubo del matrimonio: Graciliano, Argimiro, Antonio, Felicidad y Alipio Pérez Tabernero Sanchón, contándose tres de ellos entre los ganaderos importantes de verdad en la historia de la cabaña brava, siendo su época de gran esplendor el segundo tercio largo del siglo XX. Como se ha comentado anteriormente, en 1911 la ganadería se repartió en cuatro lotes, correspondiendo los derechos del hierro, divisa y antigüedad al hijo mayor Graciliano. Estuvo en estas manos, y posteriormente en las de sus hijos, hasta 1969 en que fue vendido este legendario hierro a los señores Lozano y Linares, anunciándose desde entonces como “Palomo Linares”. El derecho de antigüedad, 17 de febrero de 1895, se mantuvo también para otras dos ganaderías derivadas de este tronco, y es el que ostentan en la actualidad Alipio Pérez-Tabernero y Juan Luis Fraile.

Muy pronto los cuatro hijos se dieron cuenta que el ganado heredado de su padre se había quedado obsoleto, a la vista del cambio que ya se empezaba a vislumbrar en la tauromaquia, y todos ellos decidieron, independientemente, cambiar el rumbo variando el encaste de sus reses. También, sin estar claro cual fue el primero que lo hizo,  aunque parece ser que fue Graciliano, todos ellos acabaron uniendo ambos apellidos por un guión y así aparecerán ya en la historia: Pérez-Tabernero.

 

 

El primero en abandonar la línea ganadera paterna fue el tercer hijo, Antonio, nacido en 1884, que vendió inmediatamente su parte a los otros tres hermanos y compró seguidamente la ganadería del portugués Luis da Gama, puro murube y adquirida en 1895, que ya era famosa por su docilidad, “mansos pero sin maldade” que decía D. Luis. Añadió cinco años más tarde dos sementales con el hierro de Parladé, un toro y noventa vacas en 1919 de Gamero Cívico, y posteriormente en 1920 cuarenta y cinco vacas de la Marquesa viuda de Tamarón, justo antes de que ésta vendiera su ganadería al Conde de la Corte. Como se ve, ya en 1911 este genial ganadero intuyó que el futuro marcaba hacia la parte más noble de la casta Vistahermosa. Y mezclando murubes con parladés forjó una de las mejores ganaderías que han existido de este origen. Debutó en Madrid el 9 de octubre de 1913. Tuvo además otra ganadería, Montalvo, que puso a nombre de su mujer y que formó en 1925 con una de las tres partes en que se dividió la vacada procedente del extraordinario ganadero colmenareño Vicente Martínez.

Fue un precursor muy adelantado a lo que ha devenido la cabaña brava mayoritariamente en la actualidad. Quizás no sea osado afirmar que en San Fernando nació el toro moderno, veinte años antes de que Juan Pedro Domecq formara su ganadería en 1930, toro concebido para embestir a la muleta con clase, fijeza y duración, apto para poder desarrollar el toreo templado, ligado y con expresión artística, pasando del genio a la nobleza, de la mansedumbre a la bravura y de la lucha al arte.

Antonio fue un hombre independiente, emprendedor, listo y adelantado a su tiempo. Tuvo claro muy pronto que el primer deber de un ganadero es vender toros, teniendo en cuenta que en una explotación ganadera y agrícola los toros de plaza son la joya de la corona, pero tienen que resultar rentables. Fue un ganadero moderno, ejemplo para otros muchos de su tierra, e importó a Salamanca las faenas de acoso y derribo muy arraigadas desde hacía mucho tiempo en Andalucía. Profesionalizó el oficio e inventó el marketing moderno en el mundo del toro, uniendo su innato talento de vendedor con el respeto al cliente y el valor de la palabra dada, aunque nunca dejó de lado su agudo sentido de la picaresca. Nos dejó frases memorables que resumen su filosofía ganadera, tales como: “Mis toros pelean, juegan; los de mi hermano Graciliano se matan”, “El toro bravo tiene que ser tonto y sin frenos” ó “Como ganadero de bravo soy uno más, pero como tratante de ganado, el mejor”.

Sus toros, criados en San Fernando, Linejo y El Villar de los Álamos y lidiados a nombre de Antonio Pérez de San Fernando, los famosos apés, proporcionaron grandes éxitos a multitud de toreros, liderando el número de reses lidiadas todas las temporadas durante medio siglo y manteniendo una gran regularidad hasta los años setenta. Fue una de las ganaderías predilectas de Manolete, el torero más querido y vinculado a esta casa, figurando esta divisa como la de mayor numero de toros estoqueados en su carrera por este gran maestro. Con este hierro confirmó el 12 de octubre de 1939 y cortó esa misma tarde sus dos primeras orejas en Madrid. Este maestro siempre marcó claramente sus preferencias por el encaste Murube-Ybarra-Parladé.

Antonio estuvo casado con su prima carnal María-Matea Montalvo. Murió en marzo de 1965, pasando el ganado y fincas a sus hijos Antonio, Amelia, Mercedes y Juan Mari PT Montalvo. Antonio se llevó el hierro de AP, el de Pérez-Angoso y la finca San Fernando. A su hermana Amelia le correspondió la finca Puerta Verde y una parte de la vacada. Mercedes recibió El Villar de los Álamos y la ganadería Sierragrande que puso a su nombre, y para Juan Mari quedó la finca Linejo y el hierro y vacada de su madre, Montalvo.

Referente a la finca San Fernando, existe un hecho muy poco conocido pero que tuvo gran importancia en el posterior devenir de la historia de España. En los salones de la casa solariega de este gran criador de toros, se reunió el 21 de septiembre de 1936 el Alto mando militar de las tropas sublevadas contra el Gobierno de la República. Ese día, una decena de generales y un par de coroneles acordaron, con importantes resistencias internas, el nombramiento del general Franco como Jefe del Gobierno militar de las denominadas “tropas nacionales”. Dicho pacto se mantuvo en principio en secreto, volviéndose a reunir todos ellos, también en el mismo lugar los días 28 y 29, adoptándose entonces el acuerdo definitivo que se plasmó en el Decreto 138 de la Junta de Defensa y que se publicó dicho día. En él figura el “nombramiento del general de división Francisco Franco Baamonde como Jefe de Gobierno del Estado español, Generalísimo de los Ejércitos de tierra, mar y aire y General en Jefe de los ejércitos de operaciones”. Su proclamación oficial se produjo en Burgos a los pocos días.

 

 

El pequeño de los hermanos, Alipio, trasladó su ganadería a la finca Matilla la Nueva, y tampoco tardó mucho en deshacerse de las reses heredadas de su progenitor. En 1912 le compró a su hermano Antonio dos sementales murubeños con el hierro de Da Gama y ocho años después otras setenta vacas de vientre, eliminando entonces todo lo que poseía del antiguo cruce Veragua-Miura. Debutó en Madrid el 18 de mayo de 1924 con pobres resultados. Al año siguiente la corrida lidiada en la capital resultó un fiasco, pues hubo tres toros  fogueados. Visto lo cual decidió volver a cambiar el rumbo y le compró a su hermano Graciliano ciento treinta vacas y cuatro sementales, posteriormente otro lote de vacas y sementales del mismo origen en 1925, y nuevamente en 1933 mas sementales, entre los cual estaba “Hornero nº 17”. Este gran raceador estuvo padreando durante quince años y dejó una magnifica descendencia en esta ganadería.

Alipio se decantó por una línea más santacolomeña que su hermano mayor. Sus toros solían ofrecer excelente juego, eran bravos, encastados y con clase, menos espectaculares y fogosos que los gracilianos y no tan pastueños como los apés, con mucha calidad en la embestida y una gran regularidad. Les aportó un leve toque de dulzura que los hizo muy del agrado de los toreros de la época. Fue un gran ganadero, muy querido y respetado por matadores y aficionados a partes iguales.

A lo largo de los años vendió diversos lotes de vacas y sementales y entre ellos, en 1959, una importante partida a Ana Romero, que fue completada por la nueva propietaria con sementales adquiridos a Joaquín Buendía.

Alipio estuvo casado con Pilar Sánchez de “Agustínez”. Tuvo seis hijos varones y enviudó pronto, sacando adelante a su numerosa prole gracias a la ayuda de su madre Lucia-Dolores y su suegra Candelas Sánchez. Con avanzada edad, en 1966 comenzó a repartir la ganadería entre sus hijos Alipio, que heredó el hierro paterno en 1971, Ignacio, Fernando y Javier PT Sánchez. En el Anexo pueden verse más detalladamente las particiones y derivaciones de esta legendaria ganadería.

Por motivos económicos, hace unos años la casa solariega y su parte de la finca Matilla, pasaron a ser propiedad de la familia García Jiménez, ganaderos y empresarios taurinos.

 

Argimiro y Graciliano llevaron juntos durante tres años la parte de la ganadería que les correspondió por herencia, introduciendo un cruce con dos sementales de Eduardo Miura. Debutaron en Madrid el 27 de marzo de 1913 con mal resultado, pues dos de ellos resultaron fogueados. Como curiosidad se puede citar que las capas de aquellos seis ejemplares, de muy buena presentación, fueron: berrendo en negro botinero, cárdeno, negro entrepelado bragado, jabonero sucio salpicado, negro meano y berrendo en jabonero, todos ellos muy fieles a sus orígenes. En 1914 Argimiro vendió su parte a Graciliano y comenzó su andadura en solitario. Luego la repasaremos más detalladamente.

 

 

El primogénito Graciliano, nacido en 1879, abogado y diputado en Cortes en 1927, fue el hermano que más tiempo mantuvo las reses del cruce Veragua-Miura, debutando en solitario en Madrid el 11 de junio de 1916. Añadió un nuevo semental de Miura pero con escasos resultados. En 1920 decidió cambiar totalmente la línea seguida hasta entonces eliminando todo lo existente. Influyó muchísimo en ello lo que iba viendo en los tentaderos que se realizaban en la placita de Padierno, propiedad de su hermano Argimiro y que ya llevaba varios años criando ganado del encaste Santa Coloma. Argimiro aconsejó, convenció y acompañó a  Graciliano a visitar al Conde en 1920, momento en que se realizó la compra de ciento treinta y cinco vacas y dos erales elegidos en tienta para sementales, “Cristalino” y “Mesonero”, que resultó excelente padreando durante 16 años y dejó mil ciento cincuenta descendientes. En ese momento este revolucionario ganadero comenzó en los cercados de Matilla la Vieja, construida en 1907, a criar los toros más bravos del siglo XX, originando una ganadería sencillamente extraordinaria.

Graciliano fue uno de los más grandes criadores de toros bravos de la historia. Se inclinó rápidamente por la rama mas ibarreña del encaste. Sus reses tuvieron como principales virtudes la casta y una espectacular bravura en los tres tercios. Eran toros no muy grandes, poderosos, serios, temperamentales, fieros y agresivos, pero con mucha clase. Adquirieron fama sobresaliente por su desbordante temperamento, con una casta increíble que consagraba o hacia fracasar estrepitosamente a los toreros. Eran animales de embestida fuerte y emocionante, con mucho picante, sobresalientes ante el caballo, humillando muchísimo los buenos, aunque lógicamente desiguales de comportamiento al estar sobrados de esa casta tan difícil de dominar. Cierto es que en ocasiones aparecían ejemplares difíciles, con excesivo genio y que desarrollaban sentido a lo largo de su lidia, pero que siempre han resultado admirables para los aficionados. Esta admiración convivió con los vetos que les imponían muchos toreros e incluso otros ganaderos, hechos que llegaron a ser agobiantes.

Fueron toros a los que había que poder mucho para que se dejaran torear, de tal modo que siempre eran un extraordinario banco de pruebas para calibrar la valía de los matadores. Solo citaré tres grandes toros, elegidos entre una lista realmente interminable: “Corchaíto” lidiado por Chicuelo en Madrid el 24 de mayo de 1928, en la considerada como la primera faena moderna por aquellos maravillosos naturales ligados en redondo que tanta admiración despertaron aquella tarde y que supusieron dos orejas y rabo para el matador y la vuelta al ruedo a este gran toro. Otro es “Filibustero” al que acompaña una historia fascinante: El ganadero salamantino Manuel Arranz había comprado a precio de oro el semental “Abejorro” al Conde de la Corte, pero los resultados obtenidos fueron desastrosos. Entonces, apesadumbrado, se dirigió a Matilla para hablar con D. Graciliano, que tras escucharle atentamente y en uno de sus típicos gestos de caballerosidad, de forma totalmente desinteresada, le dejó un eral sin tentar de nombre “Filibustero” diciéndole: “llévatelo, no te va a fallar”. Y así fue, en dos años padreando arregló el desaguisado y le rehízo la ganadería. Al cumplir el toro los cuatro años, Graciliano se lo llevó y lo embarcó para la corrida concurso de San Sebastián del 23 de agosto de 1931. Fue lidiado por Félix Rodríguez y resultó un toro de bandera, superior, apareciendo como el vencedor claro del concurso ganadero antes de la votación. Pero como el año anterior también había ganado el trofeo otro toro de Graciliano y al día siguiente estaba anunciada una corrida de Coquilla, el empresario Pagés creyó más conveniente para sus intereses darle el premio al toro de Paco Coquilla, con objeto de asegurarse el lleno para la siguiente tarde. Para ello utilizó las quinientas entradas que no se habían vendido y las añadió a los votos del toro de Coquilla, que de esta forma torticera ganó el concurso. Graciliano volvió a Salamanca sin saber nada del manejo. Al invierno siguiente Pagés, que era gran amigo de Graciliano, le confesó el amaño. La reacción del ganadero fue tajante pero plena de señorío: “Somos amigos desde hace muchos años, lo seguiremos siendo, pero a las corridas de concurso que tu sigas organizando, no volverá nunca ningún toro mío”. Y cumplió su palabra. El tercer toro a citar fue el bravísimo “Capuchino”, que encumbró a la gloria como figura del toreo a Manolo González en Las Ventas el 3 de julio de 1948 el día de su confirmación, y al que cortó las dos orejas tras un final de faena realmente espectacular.

Otro ejemplo de la categoría y dignidad de esta casa ganadera lo resume una anécdota muy comentada en su tiempo, que narra la visita del enviado de una de las figuras de la época y que llegó a Matilla “a ver los toros, por si le gustaban”. Por toda respuesta recibió esta contestación: “siga usted por esa vereda y luego a la derecha sale la carretera que va a Salamanca. Adiós, buenos días”. Esta familia siempre midió su honor en la bravura de sus toros, siendo un espejo para todos los ganaderos de bravo.

Tuvieron Graciliano y sus hijos fama de ser extraordinariamente exigentes en la selección, que es el único camino recto en este terreno. El rigor era extremo en los tentaderos, siendo habitual aprobar una o dos vacas entre una veintena. La Edad de Plata del toreo fue la edad de oro para los gracilianos. Acapararon multitud de premios por toda la geografía hispana. Se puede citar que fue una ganadería del gusto de Manolete, que estoqueó 24 de ellos a lo largo de su carrera. Marcial Lalanda lo hizo con 51.

Graciliano estuvo casado con la extremeña Trinidad Nogales Álvarez y tuvieron cinco hijos. En 1939 y obligado por problemas económicos vendió casi toda su vacada, cuatrocientas cabezas, a José Escobar Barrilaro, reservándose únicamente veinticinco selectas vacas, un semental, el hierro, divisa y señal. A sus 61 años y con tan escaso material comenzó prácticamente de cero y en pocos años volvió a estar en la cúspide ganadera, dando muestras de la gran calidad del ganado que se reservó y de su categoría como criador de élite. En 1949, enfermo, cedió el mando de la ganadería a sus hijos Graciliano “El Chato” y Fernando que mantuvieron unos años la vacada unida. En 1956, a la muerte de D. Graciliano, se dividió en cinco lotes, quedando en Matilla lo correspondiente a Graciliano y Fernando PT Nogales con el hierro original, así como la parte y hierro de la ganadería de Trinidad Nogales. Ésta fue posteriormente vendida en 1962 y tras pasar por varios propietarios acabó en 1973 en manos de Juan Luis y Nicolás Fraile Martín. Lo correspondiente a Casimiro, con el hierro de Rio Grande, pasó en 1956 a su primo Alipio PT Sánchez, que lo anunció desde 1959 a nombre de su esposa, Mª Lourdes Martín Aparicio, una guapa mujer, valiente, encantadora y aficionada de cuerpo entero. La porción que le correspondió a Guillermo fue vendida  en 1956 a Bernabé Fernández Cobaleda, hijo de Atanasio Fernández.

A principios de 1969, poco después de  la muerte de “El Chato” Graciliano, y hartos sus herederos de las presiones y vetos sufridos a lo largo de los años, se traspasó todo lo que quedaba en el hierro original a Palomo Linares, tal y como se ha descrito anteriormente, permaneciendo los libros de la ganadería en Matilla. A partir de este momento la ganadería quedó sumida en el olvido. La parte del ganado correspondiente a Fernando PT Nogales se vendió a Ventura Márquez de Prado, pasando en 1968 a Pedro Gandarias, que a su vez lo traspasó en 1971 a Victorino Martín y Hermanos, que la anunciaron El Tomillar.

Relativo a esta extraordinaria y dignísima familia, les recomiendo la lectura del excelente capítulo que les dedicó Alfonso Navalón en su magnífico libro “Viaje a los toros del sol”. Y cito una emocionada frase de este libro, que resume la opinión de Navalón sobre esta familia: “No se puede hablar de los toros bravos de mi tierra, sin quitarse la gorra al pasar por donde estuvo la ganadería de Don Graciliano Pérez-Tabernero”.

 

 

El restante hijo varón de Fernando-Ildefonso fue Argimiro, el gran desconocido de esta saga y el único hermano que no figura con letras de oro en la lista de honor de los ganaderos del siglo XX. Ya se ha comentado anteriormente que en 1914 le vendió su parte del ganado heredado a Graciliano. Al mismo tiempo compró una porción importante de la ganadería de Dionisio Peláez, cien vacas y dos sementales, que este ganadero había adquirido recientemente al Conde y que se encontraban marcadas todavía con los hierros de Santa Coloma y Saltillo. Más tarde adquirió una punta de reses del Duque de Tovar, también marcadas aún con el hierro del Conde. Asentó su vacada en Padierno, finca situada al norte pero cercana a la casa madre de El Villar de los Álamos. Su presentación en Madrid fue el 30 de junio de 1918 con nuevo hierro y divisa amarilla y encarnada. Fue el primero de los tres hermanos que se desprendió de todo lo procedente de la herencia paterna y eligió para su andadura el encaste santacolomeño. Ya se ha dicho que influyó decisivamente en el cambio de rumbo que adoptó Graciliano. Argimiro se inclinó siempre por la rama mas asaltillada del encaste, a diferencia de su hermano mayor Graciliano que fue siempre mas partidario de línea ibarreña, aunque mezclando ambas sangres.

Estuvo casado con María Purificación Lamamié de Clairac Romero y tuvieron cinco hijos. Como curiosidad se puede citar una anécdota poco conocida, pero de gran interés taurino. En la plaza de tientas de Padierno, Juan Belmonte recibió una de las cornadas más graves de su vida. Fue el 26 de febrero de 1920, cuando al simular la suerte de matar a una becerra fue aparatosamente corneado en el muslo derecho, produciéndose una gran hemorragia. Gracias a la intervención de D. Arcadio Martín, médico de Robliza de Cojos que realizó las primeras curas, pudo salvarse la vida de “El Pasmo de Triana”.

A Argimiro se le puede considerar un ganadero notable ya que en las dos décadas que la ganadería estuvo en su poder aparecen muchos toros triunfadores en plazas de tronío, pero en 1936 ocurrió la tragedia: en los inicios de la cruel, maldita y absurda Guerra Civil española, Argimiro fue fusilado en Málaga el 15 de agosto. Idéntico destino tuvieron, también en dicha ciudad, sus hijos Fernando y Juan el 30 de agosto y después Eloy el 24 de septiembre. Solo sobrevivieron a esta barbarie sus otros dos hijos, Lucía y Argimiro. Como las desgracias nunca vienen solas, durante la contienda fraticida la casa familiar fue requisada por las tropas franquistas para servir de albergue a unos aviadores alemanes, ya que estaba cerca de la pista de aterrizaje que se improvisó en los cercados de San Fernando, que se conocía militarmente como Campo Nuñodomo, y desde donde los pesados bombarderos Junkers despegaban hacia el frente de Madrid.

Una de las últimas corridas que se lidió con el hierro de Argimiro fue el 14 de julio de 1937 en Salamanca, y donde un joven Manolete cortó un rabo. Su viuda se deshizo ese mismo año de toda la vacada, que se dividió en varios lotes que correspondieron a Ignacio Rodríguez Santana, Ernesto Castaño Arévalo, Ángel Tabernero de Miguel, Victoriano y Jaime Rodríguez Tabernero, Emilio Bueno Bueno, Manuel García Boyero y Antonio Escudero Calvo.

De los cinco primeros lotes apenas hay noticias, desapareciendo prácticamente todo. Manuel García Boyero adquirió en su lote la mayor parte del ganado. En 1941 se lo vendió a Bernardino García Fonseca, esposo de Eusebia Cobaleda, que lo cruzó con reses de procedencia Vega-Villar y lo mantuvo hasta su fallecimiento en 1980. Heredó la ganadería su única hija María del Carmen, mujer de S.M. “El Viti”, que pronto lo vendió acabando prácticamente todas las reses en el matadero, quedando algunas reminiscencias en el hierro de María Luisa Morales Núñez.

El lote adquirido por Antonio Escudero Calvo, sobrino de José Bueno y Juliana Calvo, administrador que fue de Argimiro y también del viejo hierro de Albaserrada, pasó en 1965 a propiedad de Miguel Zaballos Casado, natural de Macotera y ganadero desde los años cuarenta, donde se conserva en la actualidad, en pureza, lo único con origen en la ganadería de  Argimiro Pérez-Tabernero Sanchón.

 

 

BIBLIOGRAFIA

 

–      Catálogo de ganaderías de la Unión de criadores de toros de lidia

 

 

–      Guía genealógica de las ganaderías de bravo

E. Gonzalo García de Castro (2.003)

 

 

–      Las claves del toro

Joaquín López del Ramo (2.002)

 

 

–      Viaje a los toros del sol

Alfonso Navalón Grande (2.005)

 

 

–      El toro de Santa Coloma

Adolfo Rodríguez Montesinos (1.997)

 

 

–      Avatares históricos del toro de lidia

Domingo G. Delgado de la Cámara (2.003)

 

 

–      El toro de Salamanca. Pasado, presente y futuro del Campo Charro

Vicente Sánchez López (2.011)

 

 

–      Tierras taurinas (opus 3 y 23)

André Viard

 

 

 

ANEXO

 

 

 

 

Derivaciones ganaderas de la familia

Pérez-Tabernero

 

 

 

 

(Se consideran únicamente las transmisiones familiares por herencia ó     particiones, así como la venta de hierros y/o ganaderías completas;              obviando en general los traspasos parciales de ganado a otros criadores)

 

GRACILIANO PÉREZ-TABERNERO SANCHÓN

–       Hierro original de Graciliano PT

 

1956    pasa a Graciliano y Fernando PT Nogales

1969    a Lozano Hnos. y Palomo Linares que cambian denominación a “Palomo Linares”. En 1980 incorporan ganado de origen Núñez, llevándolo por separado

1997    adquieren la totalidad los Hnos. Lozano Martín. Posteriormente vendieron ganado a Chafic y Miaja para su hierro “San Martín”

2004    es adquirida por Hnos. Palomo

 

En la actualidad:

–       Denominación: Palomo Linares

–       Propietario: Explotación Ganadera Hnos. Palomo, S.L.

–       Representante: Miguel Palomo Danko

–       Divisa: celeste, rosa y amarilla

–       Antigüedad: 17 de febrero de 1895

–       Procedencia: Santa Coloma-Graciliano PT y Carlos Núñez

 

–        Trinidad Nogales

 

1961    a Hijos de Trinidad Nogales Álvarez

1962    a José Javier Sánchez Ferrero

1966    a Germán Pimentel Gamazo y Matías Sanromán Fraile que la anunciaron “Jarales de Huelmos”

1973    a Juan Luis y Nicolás Fraile Martín, que modifican denominación

1983    a Juan Luis Fraile Martín

1999    a Herederos de Juan Luis Fraile Martín

2000    a Juan Luis Fraile SC

 

En la actualidad:

–       Denominación: Juan Luis Fraile y Martín

–       Propietario: Juan Luis Fraile SCP

–       Representante: Carolina Fraile Cascón

–       Divisa: azul celeste y caña

–       Antigüedad: 17 de febrero de 1895

–       Procedencia: Santa Coloma-Graciliano PT

–       Casimiro PT Nogales (Rio Grande)

 

1956     a su primo Alipio PT Sánchez, que incorpora ganado de su padre

1959    la pone a nombre de su esposa Mª Lourdes Martín Aparicio

1975    a su hijo Juan PT Martín que la anuncia “Rio Grande”

1990    a Rufino Calero (El Cahoso)

 

En la actualidad:

–       Denominación: Rio Grande

–       Propietario: El Cahoso, S.A.

–       Representante: Rufino Calero Cuevas

–       Divisa: encarnada y caña

–       Antigüedad: 12 de septiembre de 1890

–       Procedencia: Santa Coloma-Alipio PT

 

–       Guillermo PT Nogales

 

1956    a Bernabé Fernández Cobaleda. En 1958 añadió un importante lote procedente de la ganadería de su padre Atanasio Fernández

1960    a Antonio Ordóñez Araújo, que la puso a nombre de su esposa Carmen González de Ordóñez y varió el hierro

1969    a Carmen Ordóñez González

1994    a Nazario Ibáñez Azorín, que adquirió y modificó el hierro, formándola con ganado de Manolo González y González Sanchez-Dalp (Núñez)

 

 

 

 

–       Fernando PT Nogales

 

1956    a Ventura Márquez de Prado, que la aumenta con ganado de Lisardo Sánchez

1968    a Pedro Gandarias Urquijo

1971    a Victorino Martín y Hnos, que anuncian “El Tomillar”. Incorporan en 1977 ganado de otra procedencia

1993    Tras pasar por diversos propietarios, derivó en la actual  Manuel Angel Millares

 

 

 

ARGIMIRO PÉREZ-TABERNERO SANCHÓN

 

 

1936/1937       a Ignacio Rodríguez Santana / Ernesto Castaño Arévalo / Angel Tabernero de Miguel / Victoriano y Jaime Rodríguez Tabernero / Emilio Bueno Bueno / Manuel García Boyero. Prácticamente todo desaparecido

1938               lo restante a Antonio Escudero Calvo

1965                a Miguel Zaballos Casado, que añadió posteriormente vacas y sementales de Clariac, llevando ambas ramas por separado

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

ANTONIO PÉREZ-TABERNERO SANCHÓN

–       Hierro original de Antonio Pérez de San Fernando

 

1965    pasa a Antonio PT Montalvo

 

En la actualidad:

–       Denominación: Antonio Pérez de San Fernando

–       Propietario: Antonio Pérez – Tabernero Montalvo

–       Divisa: azul, encarnada y amarilla

–       Antigüedad: 7 de julio de 1907

–       Procedencia: Antonio Pérez-Tabernero

 

–       Montalvo

 

 

1925    adquirió Antonio PT Sanchón a Pedro Fernández Martínez, la tercera parte de la vacada procedente de Vicente Martínez, y la puso a nombre de su esposa María Montalvo, creando nuevo hierro y divisa

1942    a sus herederos

1967    a Juan Mari PT Montalvo que lo anuncia a su nombre. En los 70 cruzó con ganado de JP Domecq  procedencia Algarra

1984    a Juan Ignacio PT Sánchez, que la anuncia “Montalvo”, quien incorpora ese año dos sementales de Jandilla, en 1991 dos toros de JP Domecq y en 1994 agrega reses de Zalduendo y Daniel Ruiz, llevándolo por separado

 

En la actualidad:

–       Denominación: Montalvo

–       Propietario: Agropecuaria Trespalacios, S.L.

–       Representante: Juan Ignacio PT Sánchez

–       Divisa: azul y amarilla

–       Antigüedad: 6 de octubre de 1926

–       Procedencia: Martínez (Casta Jijona) y Juan Pedro Domeq, por separado

 

–       Antonio Pérez-Angoso

 

1942    por fallecimiento de María Montalvo pasa una parte de la ganadería Montalvo a su hijo Antonio PT Montalvo

1951    pasa a denominarse Antonio Pérez-Angoso, con nuevo hierro, y refresca con ganado de AP

 

En la actualidad:

–       Denominación: Antonio Pérez-Angoso

–       Propietario: Antonio PT Montalvo

–       Representante: Antonio PT Angoso

–       Divisa: Blanca y verde

–       Antigüedad: 6 de octubre de 1926

–       Procedencia: Antonio Pérez y María Montalvo (Martínez)

 

–       Mercedes PT Montalvo

 

1965    adquiere de su hermano Juan Mari PT el hierro “Sierragrande” eliminando el ganado e incorporando las reses que le correspondieron por herencia de su padre. Varió el hierro y la anunció a su nombre

1971    a su hijo Guillermo Marín PT. En 1982 refresca con dos sementales de “Jandilla”

 

En la actualidad:

–       Denominación: Mercedes PT Montalvo

–       Propietario: Herederos de Mercedes PT Montalvo

–       Representante: Guillermo Marín Gómez de Liaño

–       Divisa: verde

–       Antigüedad: 22 de agosto de 1982

–       Procedencia: Antonio Pérez y Jandilla

 

–       Amelia PT Montalvo

1965    adquiere la ganadería de Isabel Rosa González Martín, eliminando las reses. Varía el hierro y le agrega el ganado que le correspondió por herencia de su padre.

1985    a Domingo Hernández

1992    vende el hierro a Francisco Medina Aranda, que lo modifica e incorpora ganado de JP Domecq

1996    pasa a denominarse “El Ventorillo”

2005    a Fidel San Román Morán, que varía el hierro conservando el ganado

ALIPIO PÉREZ-TABERNERO SANCHÓN

 

–       Hierro original de Alipio PT

 

 

1971    a su hijo Alipio PT Sánchez

1976    a su hijo Alipio PT Martín

2001    a su hijo Alipio PT Fariña

 

 

En la actualidad:

–       Denominación: Alipio Pérez-Tabernero

–       Propietario: Alipio PT Fariña

–       Representante: Alipio PT Martín

–       Divisa: rosa y caña

–       Antigüedad: 17 de febrero de 1895

–       Procedencia: Santa Coloma – Alipio PT

 

–       Juan PT Martín

 

 

1999    la forma Juan PT Martín al separarse de sus hermanos, con vacas y sementales de su madre       Mª Lourdes Martín, procedencia Atanasio Fernández

 

 

En la actualidad:

–       Denominación: Juan PT Martín

–       Propietario: Juan PT Martín

–       Representante: Juan PT Martín

–       Divisa: encarnada y amarilla

–       Antigüedad: 23 de marzo de 2003

–       Procedencia: Atanasio Fernández

–       Pilar Población del Castillo

 

1939    formada por los hijos de Alipio PT Sanchón con reses de Arturo Sánchez y Sánchez procedencia Trespalacios (vazqueño) y ganado de su padre, anunciándose “Hoyo de la Gitana”, eliminando más tarde toda la procedencia de Arturo Sánchez

1968    a Fernando PT Sánchez

1974    a su esposa Pilar Población del Castillo, que la anuncia a su nombre

1988    a Julio y José Juan PT Población

1992    el hierro y la mitad del ganado pasan a Julio PT Población

 

En la actualidad:

–       Denominación: Pilar Población del Castillo

–       Propietario: Julio PT Población

–       Representante: Julio PT Población

–       Divisa: encarnada y verde

–       Antigüedad: 6 de agosto de 1944

–       Procedencia: Santa Coloma – Graciliano PT

 

–       José Juan PT Población

 

1939    formada por los hijos de Alipio PT Sanchón con reses de Arturo Sánchez y Sánchez procedencia Trespalacios (vazqueño) y ganado de su padre, anunciándose “Hoyo de la Gitana”, eliminando más tarde toda la procedencia de Arturo Sánchez

1968    a Fernando PT Sánchez

1974    a su esposa Pilar Población del Castillo, que la anuncia a su nombre

1988    a Julio y José Juan PT Población

1992    la mitad del ganado pasa a José Juan PT Población, con nuevo hierro

 

En la actualidad:

–       Denominación: José Juan PT Población

–       Propietario: José Juan PT Población

–       Divisa: encarnada y verde

–       Antigüedad: sin tomar

–       Procedencia: Santa Coloma – Graciliano PT

–       Hoyo de la Gitana

 

 

 

1939    formada por los hijos de Alipio PT Sanchón con reses de Arturo Sánchez y Sánchez procedencia Trespalacios (vazqueño) y ganado de su padre, anunciándose “Hoyo de la Gitana”, eliminando más tarde toda la procedencia de Arturo Sánchez

1968    a Fernando PT Sánchez

1998    les traspasa a sus sobrinos Ignacio, Joaquín y Fernando PT Silos únicamente el hierro

2001    al vender Ignacio su hierro a José Cruz en 2001, pasa todo el ganado de su propiedad al hierro “Hoyo de la Gitana”

2003    a Hijos de Ignacio PT Silos.

Se vendió una punta de ganado a Valdellán en 2003

 

 

En la actualidad:

–       Denominación: Hoyo de la Gitana

–       Propietario: Hijos de Ignacio PT

–       Divisa: verde y blanca

–       Antigüedad: sin tomar

–       Procedencia: Santa Coloma – Graciliano PT y Santa Coloma – Joaquín Buendía

 

 

 

 

–       Ignacio PT Sánchez

 

1958    adquiere a Rafael Bernal Encabo el antiguo hierro de Ayala, elimina todo el ganado y la forma con reses de su padre Alipio PT

1963    incorpora un semental de Joaquín Buendía, y otros varios más en 1965 y 1967

1992    a Herederos de Ignacio PT Sánchez

2001    son adquiridos por Otso S.L. únicamente los derechos del hierro, cambiando diseño, divisa y señal y anunciándose como “José Cruz”, formando nueva ganadería con vacas y sementales de Daniel Ruiz. Todo el ganado de Ignacio PT pasó al hierro de “Hoyo de la Gitana”

 

 

 

 

 

 

–       Javier PT Sánchez

 

1966    adquiere el hierro de “Vegablanquilla”, lo varía y elimina todo, formando la ganadería con cien reses de su padre Alipio PT

1984    compra 50 eralas y sementales de Hros. de Atanasio Fernández. Lo lleva por separado

1999    traspasa todo lo procedente de Alipio al nuevo hierro “Hnos Clemares PT”

2008    vende a “Valdefresno” todo lo procedente de Atanasio y compra un lote de vacas a “Torrehandilla”

En la actualidad:

–       Denominación: Javier PT Sánchez

–       Propietario: Ribera de Tordelalosa, S.L.

–       Representante: Mª Concepción Clemares PT

–       Divisa: verde y blanca

–       Antigüedad: 22 de mayo de 2000

–       Procedencia: Jandilla

 

 

–       Hnos. Clemares PT

 

 

1999    se forma con nuevo hierro por Javier PT Sánchez al traspasar toda la línea de su propiedad procedente de Alipio PT a sus nietos Clemares PT, anunciándose a este nombre

2005    eliminan todo lo anterior y la forman con un lote de vacas de su propiedad, procedencia Atanasio Fernández

 

 

En la actualidad:

–       Denominación: Hermanos Clemares PT

–       Propietario: Hnos. Clemares PT

–       Representante: Javier Clemares PT

–       Divisa: azul celeste y blanca

–       Antigüedad: sin tomar

–       Procedencia: Atanasio Fernández

–       Patricia y Virginia Marín Triguero

 

1956    adquirió Alipio PT Sánchez de su primo Casimiro PT Nogales el hierro de Riogrande al que incorporó ganado de su padre.

1959    se anuncia a nombre de su esposa Mª Lourdes Martín Aparicio

1980    elimina todo lo anterior y se forma con vacas y sementales de Atanasio Fernández

1993    se la cede a su hijo Juan PT Martín, creando nuevo hierro

1998    adquieren el hierro Patricia y Virginia Marín Triguero que varían el diseño y la forman con vacas y sementales de origen Domecq adquiridas a Montalvo, añadiendo en 2000 ganado de José Miguel Arroyo y Hros. de Andrés Ramos Plaza

 

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