Peñajara
Tras algún que otro va y ven en los últimos años provocados por problemas en la alimentación, parece que D. José Rufino ha vuelto a encontrar la fórmula, tanto en el pienso como en el comportamiento de su ganado.
Si bien le falta regularidad, en pasadas temporadas ha echado toros importantes en plazas como Madrid y en otras de menor relevancia.
Este año, la cabeza de camada tuvo por destino Cenicientos. En el coso corucho se lidió un corridón de toros, de variado comportamiento, con los que la terna poco placeada se las vio y se las deseó para someterlos.
D. José es un hombre peculiar, tanto en su forma de ver la vida como en su labor como ganadero. Aficionado desde la cuna, fue un excelente garrochista.
Poco a poco, va dotando de personalidad a su vacada, tanto en las hechuras y pelajes, como en comportamiento.
La última mitad del año ganadero ( primera del año natural para los «humanos» ) no ha sido fácil. Tras la buena otoñada, el final del invierno y la primavera fueron extremadamente secos. Así que tocaba suplementar la alimentación. Los roces entre los distinto habitantes de la dehesa por un taco eran de lo más habitual
Para los años sucesivos, en tierras extremeñas de Fuente del Arco se están preparando las próximas camadas, que vienen variadas de pelaje y con leña para echar un invierno.
Esta vacada es otra de las 60 que apaecen en nuestro libro TORO. Una vida en imágenes que, por su fotogenia aparece en numerosas imágenes.
Toda la suerte para D. José y su familia en la próxima temporada
El resto de fotografías las pueden ver pinchando en el siguiente enlace
Arse & Azpi