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2015, ¡¡Hermanamiento de tauromaquias, YA!!

Se acaba el 2014. Para nosotros ha sido un año grandioso, con preciosas jornadas de campo, de calle y de plaza. Toros a tutiplén, aunque siempre nos sepan a poco. El año ha tenido un precioso remate de faena con el premio Ciudadela que se nos otorgó en noviembre y con la presentación de nuestro libro «TORO, una vida en imágenes», que tan buena acogida está teniendo. Nos será difícil superar este año en lo que al toro se refiere.

 

 

 

 

El pasado otoño se ha hablado mucho en multitud de foros de que los taurinos debemos unir fuerzas luchando por la defensa de la tauromaquia, que tantos y tan gratuitos ataques está sufriendo. Está de moda, proclamarse antitaurino a viento y marea, generalmente desde la más absoluta ignorancia, en base a una supuesta defensa de los animales, sin darse cuenta de que el taurino es un enamorado defensor del TORO, de los animales y de la naturaleza.

 

 

 

 

Pero el propio mundo del toro lleva al «Coco» dentro. Aquí cada uno hacemos nuestra guerra, cada uno mira su ombligo, y lamentablemente cuesta mucho que le echamos cojones al unísono para defender esta pasión que a millones de personas nos invade.

 

 

Nos dicen que la tauromaquia no tiene relevo generacional y esto es del todo falso. La pasión por el TORO y todo lo que le rodea se sigue forjando en las calles, en el pueblo, siendo el germen de grandes aficionados. Hoy día la afición por los festejos populares en su multitud de expresiones puede ser  la mayor en toda la historia del toro. Y es que, el que mira frente a frente al toro en las calles o esquiva con habilidad la embestida de un bravo en la plaza, queda prendado para siempre de este majestuoso animal.

 

 

 

 

En los últimos días, grandes amigos, profesionales y defensores acérrimos del TORO y la tauromaquia,han preparado dos documentos independientes el uno del otro, uno escrito y uno audiovisual,  que curiosamente tienen el mismo hilo conductor. El primero nos llegó de manera particular, manuscrita al alimón, por Antonio Purroy y el ganadero de casta Navarra Miguel Reta y dice así:

 

 

DOS TAUROMAQUIAS HERMANADAS, LA CLÁSICA Y LA POPULAR 

             En estos tiempos que corren todo son preocupaciones alrededor de la Tauromaquia: unos la atacan, otros la defienden, los responsables del tinglado taurino no hacen lo suficiente para salvaguardarla, el público abandona los tendidos, los aficionados desencantados, los políticos con los complejos de siempre… Pero lo cierto es que la Fiesta tiene tal arraigo en las entrañas del pueblo español que nadie va a conseguir que desaparezca. Así de claro y así de contundente.

            Pocos se paran a reflexionar sobre la gran riqueza que posee la Tauromaquia, con dos vertientes bien distintas pero complementarias: la tauromaquia clásica de lidia ordinaria y la tauromaquia popular con festejos en calles y plazas. Ninguna de las dos es más importante que la otra y ambas han coexistido a lo largo de la historia y se han retroalimentado mutuamente. Tienen que seguir caminando juntas, porque ambas se apoyan y se necesitan.

            Los buenos aficionados aman, por lo general, ambas tauromaquias por igual. A veces una de ellas es el camino para llegar a la otra, como es el caso de la popular que hace que sus aficionados -que son legión y muy apasionados- decanten en la tradicional, especialmente, cuando ganan en edad. Otras veces son los aficionados de la tauromaquia clásica –algo desencantados por la falta de emoción en los ruedos- los que de repente descubren la belleza y la autenticidad de la tauromaquia popular, aunque este hecho es menos frecuente.

            Los que participan activamente en estas tauromaquias, toreros y corredores o recortadores, se sienten artistas, cada uno a su manera, todos exponen su vida y procuran crear arte para su propio goce y para divertimento de los espectadores.

            Muchas veces, desde dentro, para apoyar a una de ellas se ningunea a la otra. Hace tan solo unos pocos lustros, los organizadores de la tauromaquia clásica despreciaban a la tauromaquia popular por falta de sentimiento –“pellizco”- y de tronío. Hoy, los aficionados a esta última, que cada vez son más numerosos, se desmarcan de la clásica por lo que tiene de sangrienta y muerte en el ruedo. Tanto aquellos como estos se confunden y que más quieren los enemigos de la Fiesta -que siempre han existido-, que se les haga el trabajo sucio desde los propios aficionados.

 Animales

El ganado que se utiliza en ambas tauromaquias tiene el mismo origen: la agrupación racial de lidia, animales producidos por los ganaderos de bravo para el cometido de responder con fiereza cuando se les provoca. La metodología de selección es la misma: elección de los futuros sementales y de las vacas madres de entre los hijos de los mejores reproductores, que tienen que mostrar su bravura en la tienta y además tienen que transmitirla a sus descendientes. La tienta con la suerte de varas como prueba fundamental es el verdadero laboratorio de la bravura.

            Hay un hecho que es totalmente cierto: si no existiera la tauromaquia clásica no podría existir la tauromaquia popular, porque desaparecería la cría del ganado bravo de nuestros campos y dehesas. Como se ha indicado, los animales para ambos tipos de festejos tienen el mismo origen y la misma forma tradicional de cría y manejo. Es constatable que, en la actualidad, los ganaderos que crían toros para la lidia ordinaria han encontrado un gran alivio económico en la venta de sus animales para los festejos populares en calles y plazas. Los festejos populares se sienten orgullosos de disponer de toros con trapío y bravura procedentes de las ganaderías más prestigiosas de carácter torista. Pero no es menos cierto, que ahora se avecina un posible peligro, ya que como consecuencia del descenso brusco de festejos mayores por la crisis económica y la consiguiente eliminación de vacas madres en las ganaderías de lidia, estas pueden ser incapaces de suministrar animales suficientes para los festejos de ambas tauromaquias.

 Encierro

No hay que perder de vista que el origen primario de los festejos populares en España se encuentra en el encierro de las reses desde extramuros de ciudades y pueblos hasta las plazas donde iban a ser lidiados al estilo clásico o tradicional. El mayor paradigma actual aunque desvirtuado de su concepción original es el Encierro de Pamplona, con una repercusión mediática insospechada hace tan solo dos o tres décadas. Que nadie piense que estos encierros se iban a celebrar en la actualidad si no hubiera corrida de toros por la tarde. La Feria del Toro de Pamplona ha adquirido tanta relevancia por existir el Encierro y este no tendría la importancia que tiene si no lo corrieran los toros que se van a lidiar por la tarde: “tanto monta, monta tanto”, este es un ejemplo rotundo de cómo se necesitan ambas tauromaquias.

            En la raíz de esta disyuntiva -¿tauromaquia clásica o tauromaquia popular?- se encuentra una vez más el síndrome de las dos Españas: izquierda y derecha, republicanos y monárquicos, Norte y Sur, toros y futbol…y muchos ejemplos más. En este caso que nos ocupa, además de ser una aberración “técnica”, es un grandísimo error que perjudica a la Tauromaquia en su conjunto. Sólo la unión nos hará fuertes y permitirá luchar con determinación contra los intransigentes que no conocen y no respetan los sentimientos y la historia de nuestro pueblo (“No se puede entender la historia de España, sin reconstruir la historia de las corridas de toros en el sentido estricto del término”; J. Ortega y Gasset).

Y lo mismo ocurre en el resto de países taurinos, donde también la tauromaquia popular tiene una gran relevancia. Basta con echar un vistazo a los dos países vecinos donde se celebran fiestas con toros. En Portugal son muy importantes los forçados en el ruedo y los toros por las calles, especialmente, los toros ensogados en las islas Azores. En Francia con la corrida landesa (Sud-Ouest) y la corrida camarguesa en la región de la Camarga (Sud-Est), las dos tauromaquias conviven en perfecta armonía. Pero es que se da la paradoja de que existen países no reconocidos como taurinos donde celebran una tauromaquia popular con ganado vacuno local, más o menos violento, a menudo pintoresca, que tiene una gran tradición entre la gente (los rodeos norteamericanos, las carreras de toros en Bali, las peleas con vacas “reinas” en Suiza…).

            Los buenos aficionados no tienen que permitir el divorcio entre ambas tauromaquias, porque las aman por igual y porque juntos se defiende mejor la Fiesta de quien la ataca por ignorancia y por odio a la tradición y a lo que representa la tauromaquia en el contexto del siglo XXI, no solo en España, sino en muchos lugares del mundo.

 

 Antonio Purroy, Miguel Reta

 

Asimismo la semana pasada, nuestros amigos de TOROPASIÓN sacaron a la luz su particular felicitación anual de navidad. Para ellos, el mensaje era similar, y emplearon todo su saber hacer en preparar el siguiente video navideño que simple y llanamente pone los pelos de punta:

 

 

TOROPASION: AMOR POR EL TORO BRAVO

Amor por el toro bravo

 

 

Estos dos documentos, salidos de grandes aficionados pero de manera independiente, hablan por si solos.

 

 

Debemos apreciar la riqueza y diversidad de tradiciones y encastes que nuestros pueblos y campos siguen manteniendo respectivamente. Las calles y plazas de toda España se llenan de aficionados al toro que participan del acto jugándose la vida o contemplando absortos el juego de mozos y bravos. De esos juegos nacerá la pasión que probablemente hará llegar a ese aficionado en el futuro a admirar al rey TORO en su hábitat natural, el CAMPO BRAVO. Y ese nexo conductor hará que el mismo ansíe contemplar la respuesta brava para la que  ha sido criado, acudiendo a las plazas, facilitando así que la rueda del TORO siga girando.

 

 

 

 

 

 

Podría ser un bonito cuaderno de ruta para este 2015, ahondar en la unión de culturas y frentes taurinos que al fin y al cabo mantienen vivo a este majestoso animal que es el toro bravo. Habrá que ponerse las pilas, porque el enemigo es fuerte, nos tiene ganas y, al parecer, tiene pasta.

 

 

 

 

 

Gracias a todos por haber estado ahí, siguiéndonos a lo largo de este año. Gracias por los bonitos y sinceros comentarios de enhorabuena por el libro que estamos recibiendo de multitud de amigos, profesionales, aficionados e incluso de los no aficionados que nos dicen de manera emotiva que tras contemplar el libro su punto de vista por el toro y la tauromaquia ha variado. Simplemente por comentarios así, merece la pena seguir trabajando y luchando por nuestro totem, el TORO BRAVO. Mucha suerte y salud para todos, amigos.

 

 

 

¡¡FELIZ 2015 !!

Arse&Azpi

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